#10 Cómo gestionar múltiples intereses
Ser curioso y ambicioso no es un problema, siempre que aprendas a gestionar tu pluralidad con orden y propósito.
Dime si estoy equivocado: eres una persona con una curiosidad insaciable, con sed de aprenderlo todo, de todos. Saltas de un libro sobre neurociencia a una clase de guitarra flamenca, mientras planeas un viaje a Japón y lees sobre inversión en bolsa. Y todo eso con un objetivo que no siempre se dice en voz alta, pero que arde dentro: convertirte en la mejor versión de ti mismo. No solo un buen profesional. También un buen padre. Un amante de la vida. Un atleta. Un lector empedernido. Un ser libre.
Y sin embargo, hay un enemigo silencioso: el tiempo. Sabes que no puedes hacerlo todo a la vez. Que tanta ambición puede volverse en tu contra si no la gestionas con cabeza. Porque perseguir múltiples intereses sin orden puede llevar a la dispersión, a la culpa, al abandono.
Hoy hablamos de eso. De cómo se puede ser un verdadero hombre del Renacimiento sin caer en el caos. De cómo organizar esta vida rica y plural que tanto deseamos.
Jack of all trades, master of none
Siempre he desconfiado de esa frase. Porque lo que no te dicen es cómo sigue: "but oftentimes better than master of one". Es decir: mejor ser competente en muchas cosas que especialista ciego en una sola.
Buscar la excelencia en distintos campos no es dispersión; es expansión. Ser generalista no significa ser mediocre. Significa entender que la vida es múltiple, y que también lo somos nosotros.
Piénsalo: ¿qué sentido tiene volverte el mejor ingeniero del mundo si no sabes gestionar tus emociones, cuidar tu cuerpo o mantener una relación? La excelencia real es integral. Y, aunque quizás nunca lleguemos a ser Bruce Wayne, podemos aspirar a algo parecido: mente afilada, cuerpo fuerte, corazón sabio.
Durante siglos, se nos ha inculcado la idea de que especializarse era sinónimo de éxito. Y, en su momento, tenía sentido: en la fábrica, en la oficina, en el engranaje industrial. Pero hoy, la especialización ciega te hace reemplazable.
En cambio, quien sabe un poco de todo, quien cruza disciplinas, quien conecta puntos que otros no ven, tiene una ventaja inmensa. La curiosidad transversal es, hoy más que nunca, una ventaja competitiva. Ser multipotencial no es ser volátil; es ser adaptable.
¿Cuántos intereses son “demasiados”?
Aquí toca ser pragmáticos. Según un estudio de la Universidad de Liverpool, cinco es el número mágico. Más allá de eso, tu mente empieza a saturarse. ¿La razón? El efecto Zeigarnik: todo lo que dejas sin acabar, tu cerebro lo sigue procesando. Se acumula como ruido mental.
Por eso, más que sumar intereses, se trata de priorizarlos. Saber elegir qué va ahora, qué después, y qué quizás nunca. El caos se genera cuando tenemos todos nuestros intereses al mismo nivel de prioridad.
La pirámide de intereses
Para evitar ahogarse entre pasiones, propongo esta estructura simple:
Intereses satélite: Tus pilares. Finanzas, salud, relaciones, carrera. Lo fundamental.
Intereses secundarios: Hobbies que nutren tus pilares. La lectura, el arte, el deporte.
Intereses futuros: Aquello que te seduce, pero que por ahora debe esperar. Y está bien que así sea.
Esta jerarquía permite dar espacio a todo… pero no todo a la vez.
Es crucial que exista cierta relación entre los intereses satélite y los secundarios, por ejemplo, si el interes satélite es correr una maratón, tiene sentido que el intereses secundario sea mejorar la bio-mecánica de carrera, pero no tendría tanto sentido la carpintería o aprender otro idioma.
Estrategias de gestión
Regla de Pareto (20/80): Aprende lo esencial de cada habilidad. No necesitas ser virtuoso, sino funcional. Descubre el 20% de tu pasión, hobby e indaga en esa porción.
Si me das seis horas para cortar un árbol pasaré las cuatro primeras afilando el hacha
Pasa tiempo estudiando como dominar una habilidad, antes de saltar a la acción. Planifica el ataque de la forma más estratégica e inteligente posible.
Método de las 365 horas: La constancia siempre gana a la intensidad. Una hora al día durante un año puede transformar cualquier área de tu vida.
Time blocking: Bloques de tiempo para cada interés. Dales un espacio en tu calendario, como darías a una reunión importante.
División por trimestres: Cada tres meses, elige un foco principal. Sin abandonar los hábitos, pero profundizando en un área.
Redefinir el éxito: No todo lo que haces tiene que ser útil. A veces, aprender algo solo por el placer de hacerlo es lo más útil que puedes hacer por ti.
Conclusión
Ser una persona con múltiples intereses no es un defecto; es una virtud que hay que aprender a manejar. La vida es demasiado rica como para vivirla en una sola dimensión. Pero también es demasiado breve como para vivirla mal organizada.
Así que no, no estás equivocado. No estás perdido. Estás despierto. Eres de los pocos que aún creen que se puede ser libre, completo, íntegro. Solo tienes que estructurar tu pluralidad. Y seguir, paso a paso, esa odisea personal hacia la excelencia en lo múltiple.